Todo ocurrió de repente. Un buen amigo mío tomaba una cerveza conmigo y me explicó que era el parkour. Entonces mencionó que otro amigo suyo conocía a un amigo que a su vez tenía otro amigo que lo hacía en Cádiz. En ese momento, y entre tantos amigos, conseguí contactar con Fillu, uno de los chicos con más prestigio haciendo parkour en la capital gaditana. Decidí irme un día con ellos para hacer un reportaje. La mañana mereció la pena. El tema fue portada en el periódico
VIVA CÁDIZ (El parkour llega a las calles de Cádiz, lo tituló en primera página su director Mauricio Navascues) y al día siguiente ellos se hicieron famosos. Esa mañana me desperté y una de las mejores periodistas de Canal Sur me llamaba al movil para pedirme el teléfono de ellos, iban a salir en Andalucía Directo y el tema comenzaba a hablarse en toda la ciudad. Otro medio provincial lo copió tres días más tarde. Así, el parkour, un "deporte" para los más jóvenes con nombre francés, gana adeptos en toda Europa y cada vez es más practicado en España. Por eso os dejo la secuencia de todo el reportaje, que por cierto me impactó. Creo que no olvidaré cómo uno de ellos saltaba a más de seis metros de altura y luego me decía: ¿Si quieres lo repito otra vez? Asustado le contestaba: ¿No te pasará nada, de verdad?. "No, pero me duelen ya un poco las piernas, pero una vez más puedo hacerlo". El parkour, algo de locos, pero que ya ha sido llevado al cine y que genera fanáticos entre los más jóvenes que dicen "querer superarse a sí mismos cada día". Sin palabras.
